Ellos siempre tuvieron la patria y la pistola,
nunca les interesó demasiado la canción.
Ahora enarbolan de nuevo sus rancios lemas,
sus rancias consignas,
sus rancios privilegios.
Nos despojan de nuevo de nuestros derechos,
y amordazan las voces con los antiguos miedos,
las antiguas condenas,
y los antiguos silencios
con los que tuvimos que crecer.
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