la propiedad privada,
dejé de creerme tuyo,
dejaste de creerte mía
y, por fin, nos descubrimos
libremente NUESTROS.
Una plusvalía de besos
llenó las aceras,
la poesía salió desnuda
a la calle
para socializar metáforas.
La dialéctica de la saliva
barrió a los capitalistas
de las esquinas.
La burguesía optó
por refugiarse en las alfombras,
mientras las mujeres públicas
se emancipaban
del diccionario.
El día que abolimos la propiedad,
nos descubrimos NUESTROS
y un fantasma recorrió
dejé de creerme tuyo,
dejaste de creerte mía
y, por fin, nos descubrimos
libremente NUESTROS.
Una plusvalía de besos
llenó las aceras,
la poesía salió desnuda
a la calle
para socializar metáforas.
La dialéctica de la saliva
barrió a los capitalistas
de las esquinas.
La burguesía optó
por refugiarse en las alfombras,
mientras las mujeres públicas
se emancipaban
del diccionario.
El día que abolimos la propiedad,
nos descubrimos NUESTROS
y un fantasma recorrió
Europa
y Asia y
América
y África...
y Asia y
América
y África...
Muy bueno Rey. Felicidades
ResponderEliminarGRACIAS, siempre gusta gustar, aunque no sea el objetivo primero.
ResponderEliminarHice una traducción de su lindo poema. Me tomé la libertad para publicarlo en mi blog, con un link a aquí.
ResponderEliminarhttp://esbocodeblogqueiaser.blogspot.com.br/2013/06/amor-anticapitalista.html