Ya no es tiempo de amores a contramar,
ya no es tiempo de sentimientos a los 70.
Desfasado, muerto en mi caverna
ya todo ha pasado como un tornado.
Quise querer
pero ya nada es igual.
Quise amar
pero todo se convirtió en salitre
Desde el Norte atesorado de perlas
donde las rías se enoblecen
en su cuerpo deseosas de deseo
hasta los mentideros de este Madrid provincial
que me dio un cuerpo al que amar
en breve
pero hasta toda su profundidad.
Todo quedo en abismo,
todo en nada,
en la desesperanza de un viejo
en busca de una esperanza.
Y hoy muero sin morir
en espera que la dulce guadaña
se sienta compasiva con este que la reclama.
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