lunes, 16 de abril de 2012


POEMA DE ANA PATRICIA MOYA


No tendré hijos que hereden la tierra enferma

Tengo casi treinta años. Pero no soy joven.
La juventud es una excusa del marketing,
caducamos tempranamente en esta sociedad
que fabrica en institutos a futuros parados,
a carne fresca con cráneo hueco para un mercado
vulgar de ignorantes payasos y princesas de plástico;
pocos mercenarios que desde los diecisiete
combaten en su frente, en un infierno
de apuntes, libros, becas, prácticas,
trabajos basura, doctorados, tesis, oposiciones.
Cruzas la barrera y te conviertes en un deprimente
juguete que, aunque funciona, te colocan
sobre el código de barras la pegatina de “roto”
o “incapacitado” - en letras rojas y gruesas -
y, con prisas por sustituir, te inhabilitan
para un contrato, para un proyecto de vida,
para un sueño, para ser feliz,

                                                                           para ser persona.

Tengo casi treinta años

y no tengo nada.

Sólo aspiro a mantener mi dignidad resquebrajada. 


(Ana Patricia Moya, poema de "Hambre", inédito)

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