No blindareis el Sol
por mucho que lo pintéis de añil
con falos negros como vuestras almas.
No blindareis los sueños del mañana;
conseguir la Utopía para que hoy deje de ser sueño;
nunca nos convertiréis en quimera.
Porque cuando la sangre vibra
no hay barreras ni de metal ni de espino ni de ladrillo
que rompa la añoranza,
los sueños que nos quisisteis robar,
los que nos negáis,
los que nos vendisteis.
No pidáis nuevos cheques en blanco
porque vuestra cuenta está en números rojos,
como las cuentas a los que insumisos que no conocen la misericordia;
vuestro crédito es rojo como la sangre de los hipotecados.
Por eso, porque nos habéis secuestrado durante generaciones,
ya no podéis blindar el Sol en una plaza
porque el Sol esta en todas las plaza,
en todas las calles,
en todos los corazones, almas, venas
que se revelan contra vuestra dictadura.
El Sol siempre brilla aunque nos mandéis a vuestros perros;
nos morderán,
pero nunca, Nunca, acabarán con nosotros,
porque tenemos el Sol marcado en la frente.
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