Los días de contrastes de amor/odio,
las
luciérnagas de neón haciendo horas extras por todos;
las
contradicciones,
las
pancartas de nubes de alma.
Las horas en
que no sabemos por qué calle alcanzar la ilusión,
los momentos
de besos y abrazos neuróticos de esperanza,
de cosmos
por conquistar
en el
epicentro del deseo añejo de generaciones
traspasado
vía genes
que alguno
descubrió en una marcha buscando el Sol,
o en la
plaza de su pueblo,
o en la
calle desayunando negras porras con leche.
Los días
caen, se regeneran, alba tras alba,
y siempre,
como fachada
de los albores,
como canto
al sol que nace,
siempre en
el cielo
queda una
palabra de búsqueda,
una guía
como la rosa de los vientos por los que guiarnos,
siempre
queda come esa Ítaca perdida,
siempre
queda ella, tu,
LIBERTAD
Hermoso poema Ricardo, realmente captas los sentimientos que muchas personas sentimos. Un abrazo solidario.
ResponderEliminar